lunes, 12 de diciembre de 2011

Entrevista a Josè Marìa Casas, artista plàstico.


La obra tiene que resonar con la persona

José María Casas, artista plástico de la ciudad. Se define como artista contemporáneo abstracto y militante del arte. En una íntima entrevista en su taller, nos cuenta cómo ve el mundo de las expresiones plásticas, su vinculación con los públicos generacionales y el trabajo de laboratorio. 


Prisma: ¿Cómo te presentarías?

José María: Soy artista plástico de la ciudad de Mar del Plata, me describo como artista contemporáneo porque es el lenguaje con el que trabajo. A diferencia del moderno, que se usaba antes, no pretende encontrar la verdad pictórica, esa es la gran diferencia entre arte moderno y contemporáneo. Antes los abstractos decían que la verdad era de ellos, los surrealistas que era de ellos; en cambio, hoy asentamos la pluralidad y diversidad. También hago gestión cultural y difusión de lo que hacen otros artistas porque soy un entusiasta y un militante del arte, me interesa su consumo todo el tiempo y saber que están haciendo mis colegas. Soy un apasionado de lo que se genera en la ciudad porque creo que el arte crea identidad y quienes somos los marplatenses se edifica día a día con la construcción cultural que hacemos entre todos.


P: Has creado una producción importante de obras, sabes mucho de arte y estudiàs psicología ¿Como te formaste en relación a la pintura y cuáles son tus motivaciones?

JM: Para cuando cumplí 18 y terminé la secundaria ya había logrado largarme solo a crear, a dejar de copiar, mientras, seguía aprendiendo, animándome a explorar y experimentar, quizás bien o mal, pero en definitiva ya estaba haciendo mi camino dentro de las artes plásticas. Para entonces meterme en la Universidad a estudiar: figura humana, figura animal, naturaleza muerta, etcétera; me parecía muy violento, duro y tenia miedo de terminar odiando lo que hacia. Así que me dediqué a otro tipo de carreras, hice 2 años de abogacía y ahora estoy terminando psicología.
Las transité en paralelo a lo que fue mi carrera artística. En realidad, en ese momento, no pensaba que se pudiera vivir del arte, ni se me ocurría. Solo lo hacia porque me gustaba.
Creo que hay un mensaje que tiene que recibir todo el mundo: nadie nace siendo Picasso, ni un genio; sino que vas trabajando y de a poquito la cosa va mejorando. Viene alguien y te dice que le gusta lo que haces, no te lo tomas enserio, después, otro y te dice los mismo, tampoco le das bolilla. Te lo dicen otra vez y lo empezas a escuchar. De cierta manera los demás van logrando que vos te prestes atención en lo que estás haciendo para que comience a transformarse en una profesión.
Luego de varios años de pintar comencé, realmente, a pensar que me podía dedicar a eso, si dedicaba tanto tiempo, tanto esfuerzo y gastaba tanto dinero, era hora de ver si me podía formar y capacitar en serio como para hacer una carrera, o no. Me aboqué a mover mis obras y las cosas se fueron dando solas: una muestra acá, otra en Buenos Aires, una muestra afuera y así fue pasando…


P: ¿En qué pensás que abogacía y psicología aportaron a tu carrera artística?

JM: Te abre la cabeza. Si te quedas solo en lo artístico existe el riesgo de encerrarte dentro de su discurso y generar una obra auto referencial, dialogar solo con gente que hace lo mismo. Estudiar algo de afuera te conecta con más personas, no solo con artistas.
A mi me interesa que me conozcan y compartir lo que hago con todos, no solo con el mundo cerrado de las artes plásticas. Hay gente a la que exponer en un café le puede parecer feo o siente que la obra no está cuidada. A mi me interesa, quizás como estudio psicología y me importa escuchar al otro, ir al encuentro con gente que no está buscando encontrar arte y sin querer se lo encuentra, me encanta. Como en la peluquería en  Mario Bravo y Edison, la gente va a cortarse el pelo y se encuentra con obras de arte,  entonces pasa algo muy rico e increíble: la persona que no fue a ver pintura, no estudio arte, ni es del mundillo te cuenta que ve en esa obra, y ahí tenés la devolución más pura de la obra. Sin teoría de por medio, es información virgen, sin que te digan que se parece a tal o cual cosa. Eso, me parece que es muy rico.


P: El arte, de alguna manera, es inherente al hombre y con el correr del tiempo se transforma, al mismo tiempo, las formas de asimilarlo. ¿Que opinas sobre la nueva y la vieja escuela?

JM: No es que la vieja escuela no exprese y la nueva si. Lo que cambia es el contexto. Lo vemos cuando surge la  pregunta: ¿por qué hay gente joven que no va a las muestras? Es porque el que las organiza no se pregunta que le interesa a la gente joven. La obra tiene que resonar con la persona que la ve y ahí dirá si le gusta o no, en vez de si es buena o mala. Para que una obra resuene tiene que haber algo tuyo o de tu contexto que esté puesto en esa obra y eso es la época o el momento en que se creó.
A las nuevas generaciones les resuena mucho más una obra que tenga que ver con Internet, con la televisión o con las nuevas tecnologías. También puede ser un graffiti, por ejemplo, que es mucho más pop; personajes escritos en el lenguaje y código que manejan los jóvenes hoy, más que una obra de Castagnino hablada en un lenguaje de 1930. El que se ponga a leer la justificación y entienda que en su obra están los trabajadores, el mundo social y su crítica,  va a poder entenderlo.
En cambio, la forma de tratar el dibujo que tiene el graffiti actual es mucho más pop, se desprendió del dibujo animado, más plano, en dos dimensiones. Es totalmente distinto al approach que tenia el muralismo anterior, le habla en directo a las nuevas generaciones porque son chicos que crecieron leyendo comics, viendo dibujitos animados. Lo ven y lo entienden, es su mundo, su universo, son sus símbolos.
En cambio el viejo muralismo es mundo de otra generación, lo que no implica que no se pueda disfrutar.
Para lograr comunicarte con varias generaciones tenés que tener un lenguaje que resuene en todos ¿No?


P: ¿Cuál es tu técnica y como logràs que resuene?

JM: Hoy en día trabajo con la abstracción contemporánea y la técnica que uso es experimental. Me fui independizando de que sea solamente abstracto y laburo mucho con los materiales: reacciones químicas, procesos físicos en la obra, me divierten mucho, es como si estuviera en un laboratorio.
Trabajo con óleos, acrílicos, acuarelas y uso muchos barnices, extracto de banana y pigmentos granizados. Con todo este tipo de cosas, agua y alcohol voy haciendo efectos químicos y decantaciones. Un pigmento va sobre otro, se mueven en el agua como la lluvia sobre un paisaje, como podes ver en la foto satelital de una tormenta. Todos son procesos que pasan en la naturaleza macro, que tienen que ver con la química y con la física y pasan en lo pequeño de la obra. Entonces, no es raro que en mis obras mucha gente vea esas manifestaciones porque laburo conjugando esos elementos.


E: ¿Qué le dirías a los marplatenses?

JM: Que empecemos a ver lo que pasa al lado nuestro. La ciudad esta llena de artistas. Yo como artista de la ciudad me tuve que poner a gestionar cultura y a hacer periodismo sobre el tema, para mover un poco las cosas y no tener que irme. Encontré un mundo riquísimo en la ciudad, que por ahí creemos que no existe, porque no está en la televisión, en los diarios o está, pero no nos enteramos. En la casa de enfrente hay un artista trabajando. Hay un mundo cultural increíble en Mar del Plata, que está por descubrirse. Los invito a que se animen y lo descubran. Luz Paris, con su disco Tierra de Conejos, por mencionar un ejemplo, es una banda que suena increíble y esta acá. Ir a verlos es un lujo, realmente. Hoy es para no perdérselo.


Visità la Agenda Cultural de José María Casas                                

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